Publicado el 15 de octubre de 2018 por Victoria

Sexo anal por primera vez, cómo estar preparada.

El sexo anal es una de esas fórmulas sexuales que muchos hombres desean probar (como activos, por supuesto, aunque también como pasivos en algunos casos) con sus chicas. Dicen que es un placer mucho más intenso, y que además, se disfruta de una manera totalmente diferente. Pero las chicas, al menos en su mayoría, no parecen estar tan predispuestas a eso. Tal vez por pura cultura, por tabúes, o por cualquier otra razón. Sin embargo, las que lo han probado han quedado encantadas.

Es además una fórmula de disfrutar del sexo sin el riesgo de quedar embarazada, aunque eso no significa que no se deban tomar precauciones, sobre todo si lo hacemos con alguien que no conocemos muy bien, ya que las enfermedades de transmisión sexual también encuentran una vía por aquí. El sexo anal es una fantasía que muchos quieren cumplir, pero que hay que estar bien preparados para disfrutarla de verdad, y por eso aquí vamos a dar algunos consejos para que todo salga de maravilla.

Cuidar la higiene utilizando jabón íntimo

A diferencia de la vagina, el ano es simplemente un “desagüe” de nuestro cuerpo, un sitio por el que sale todo lo que nos sobra y en el que no debería entrar nada. Se supone que no está preparado para la penetración, pero con paciencia, lubricación e higiene, cualquier ano puede ser un agujero del placer. Lo mejor es cuidar mucho la higiene en esa parte específica del cuerpo, no solo cuando nos limpiamos después de hacer nuestras necesidades, sino al bañarnos, al ducharnos, limpiar perfectamente toda esa parte con jabón íntimo y delicado para que además de estar perfecto, huela incluso bien. Ya no se trata solo de la propia higiene y el respecto a la otra persona, sino también de la posibilidad de quitar de en medio la mayor parte de bacterias posibles mediante una limpieza adecuada.

Lubricar la zona y estimularla previamente

Dependerá del tamaño del ano de ella y del pene de él, pero normalmente se necesita un juego previo muy intenso para conseguir que el ano se dilate hasta poder introducir el pene en él sin provocar daños a la chica. Por eso debemos lubricar toda esa zona de la mejor manera posible y también estimularla, para que se vaya abriendo y se abra mejor camino para la penetración. Es normal que las primeras veces se sienta un dolor un poco molesto, sobre todo si el pene del chico es grande, por eso es mejor ir poco a poco y con mucho cuidado. Así, la chica se acostumbrará a sentir también el placer en esa zona, y acabará encantada, seguro.

Beso negro y caricias en el ano

Acariciar el ano forma parte de la estimulación que debemos llevar a cabo previa a la penetración, para lograr que ese agujero se ensanche. Al principio puede darnos un poco de cosa, porque no estamos acostumbrados a “jugar” de esa manera con esa parte del cuerpo, pero es cierto que el ano puede agrandarse mucho si sabemos estimularlo bien. El siguiente paso, para los más atrevidos, puede ser el beso negro, una especie de cunnilingus al ano, utilizando nuestra boca, nuestros labios y sobre todo nuestra lengua para excitar a nuestra pareja a través de este conducto. Es una sensación brutal, según los que lo han podido probar, así que, ¿por qué no intentarlo?

Utilizar plug anal u otros juguetes sexuales

Lo que se busca con este tipo de juguetes especiales para el ano es conseguir dilatarlo de una manera más eficiente y sobre todo, mantenerlo así una vez dilatado, mientras nos dedicamos a otro tipo de juegos sexuales previos. Podemos empezar por acariciar el ano y cuando consigamos dilatarlo, introducir un plug para que se mantenga así, mientras nuestra chica se dedica a darnos placer oral, por ejemplo, para preparar una erección perfecta a la hora de penetrarla. Existen otros muchos juguetes sexuales que se pueden utilizar en el ano, aunque siempre con la máxima precaución, sobre todo al principio, cuando los estamos probado por primera vez.

Mejores posturas para principiantes en el sexo anal

Si somos principiantes en el placer anal y todavía no vamos con demasiada confianza, lo mejor es utilizar las posturas que mejor se adapten a la penetración en este punto. Sorprendentemente, el perrito no es una de las mejores para iniciarse. La cuchara sí, por ejemplo, penetrándola más de costado que por detrás. También podemos utilizar la postura de Alta Flexibilidad, con ella recostada y con las piernas encogidas hacia arriba, ofreciéndonos un acceso total al ano.

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