Publicado el 19 de enero de 2022 por Victoria

Porqué una prostituta es mejor que una pareja

Hay comparaciones que son odiosas, eso sin duda, pero a veces uno tiene que hacerlas para saber dónde ubicarse. Por ejemplo, cada vez que nos acostamos por primera vez con una persona, tendemos a compararla con las otras experiencias anteriores. Es algo injusto, desde luego, porque todos cambiamos, incluidos nosotros y nuestra forma de entender el placer. Pero es así, como siempre nos pasa, porque el ser humano necesita una forma de medir lo que está ocurriendo, y en algo tan abstracto como el sexo o el placer, eso solo se consigue a través de la comparación. Así es como hay hombres que incluso les ponen nota a sus amantes, algo que hoy en día será políticamente incorrecto, pero que ayuda también a entender cómo funciona nuestro placer. Con tal chica disfrutamos más que con tal otra, aunque la segunda estaba más buena… ¿Qué nos llevó a gozar tanto en un primer momento?

El sexo es importante en nuestra vida, y quien lo niegue o está mintiendo, o no ha aprendido a vivir de verdad. La salud sexual ayuda a prevenir problemas y trastornos mentales como la ansiedad o la depresión. Así que eso de necesitar un polvo de vez en cuando, para los que no tienen pareja, se hace más evidente que nunca. Puede sonar algo vulgar y hasta problemático, pero es cien por cien real. Cuando nos llevamos mucho tiempo sin follar lo pasamos mal y se nota. Estamos de peor humor y no parece que haya forma de solucionarlo, más allá de descargar toda esa tensión sexual acumulada. Por eso la importancia del placer es vital no solo en una relación estable, sino en la vida de cualquier persona. Hay hombres que se buscan amantes y follamigas para poder disponer de ese placer cuando lo necesiten, sin las contraprestaciones de una relación tradicional. Otros no tienen más remedio que aceptar dicha relación, bien porque realmente aman a esa otra persona, o porque han encontrado a una chica con la que pueden echar polvos a menudo. Y luego están los que prefieren mantenerse solteros, o incluso con pareja, pero el placer se lo dejan a las verdaderas profesionales, las prostitutas.

Expertas en sexo

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Comparar a una prostituta con una chica cualquiera en la cama es algo bastante cruel, dada la gran diferencia que suele haber entre las profesionales y las chicas normales. Si tu pareja es capaz de saciarte en varias posturas y se atreve con lo que le pides, estás de suerte, pero incluso así seguramente no llegue al nivel de una verdadera profesional del sexo. Ellas tienen experiencia de sobra en este tipo de servicios y son capaces de ofrecernos placeres increíbles, de una manera muy intensa y salvaje. Gracias a esa forma que tienen de entender el sexo, el vicio con ellas es mucho más especial. Y sí, es cierto que no hay sentimientos de por medio, pero tampoco hacen falta para disfrutar de un rato de satisfacción absoluta, como siempre habíamos soñado.

Suelen cuidarse más

Las prostitutas, por su propi trabajo, deben estar siempre presentables, con cuerpos bonitos y curvas exuberantes. Se arreglan más, se cuidan más, porque saben que dependen en buena medida de su físico para poder seguir atrayendo a nuevos clientes. Si has estado con una chica en una relación duradera sabrás que, llegado a cierto punto, los dos os soléis acomodar bastante. La rutina os hace dejar de esforzaros tanto en gustar. Total, ya estáis enamorados, no hace falta estar todo el día provocando. Pero es entonces cuando la rutina llega para destrozarlo todo, y es lógico que al volver la vista y contemplar el turgente cuerpo de una escort, el deseo se haga mucho más intenso en nuestro interior. Por eso, las amantes profesionales siempre suelen estar mejor preparadas para el placer cuando lo necesitamos.

Hacen cosas increíbles

Es su trabajo, sí, pero lo que algunas amantes profesionales son capaces de hacer con su boca o con sus manos es digno de estudio. Es como si hubieran elevado el placer a un arte que dominan a la perfección, como la pianista que ejecuta una pieza imposible con absoluto  dominio de sus capacidades. Son virtuosas del sexo y saben que no se pueden quedar haciendo lo mismo que cualquier chica les hace a sus novios. De hecho, muchos hombres acuden a ellas para probar cosas nuevas, aquellas fantasías que sus parejas no quieren o no pueden satisfacerles. Es por eso que el placer con estas profesionales siempre será más sorprendente, más excitante y normalmente, también más intenso, por todo lo que ofrecen.

No hay compromisos

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Otra de las grandes ventajas de entregarnos al placer con una escort en lugar de con una pareja es la ausencia absoluta de compromisos. Cuando estamos con una chica muchas veces tememos pedirle algo en la cama, no se vaya a enfadar. Hay una conexión emocional mucho más intensa, para bien y para mal, y eso marca por completo la experiencia. Con una escort, sin embargo, podemos llegar, echar el polvo y marcharnos, sin que nadie se siente herido ni despreciado. Para ellas es su trabajo, y aunque no haya sentimientos de por medio, saben cómo hacernos sentir cómodos y a gusto. Eso es lo verdaderamente importante, relajarse y dejarse llevar, para probar cosas totalmente excitantes que en otras circunstancias serían imposibles.

Placer garantizado

Echar un polvo siempre suele ser una satisfacción, incluso cuando el sexo no es tan intenso o especial como esperábamos. Pero es cierto que cuando estamos en pareja, incluso esos momentos de intimidad se vuelven rutinarios al cabo del tiempo. El mismo cuerpo, la misma mujer, un día y otro y otro… Al final acabamos aburriéndonos un poco de ese placer y buscamos otros más excitantes. Chicas que se entreguen por completo y nos garanticen que van a echarnos el polvo de nuestra vida. Profesionales que están preparadas para sorprendernos y adaptarse a lo que necesitemos en cada momento, llevando nuestra satisfacción mucho más allá. Con las prostitutas, el placer está garantizado, no así con cualquier otra chica, porque tampoco nos pueden asegurar nada.

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