Publicado el 15 de octubre de 2018 por Victoria

Sexo en la calle, lugares donde hacer el amor a escondidas

No son pocas las personas que fantasean con tener sexo en lugares públicos, allí donde pueden ser pillados, aunque no a la vista de todos, claro está. Hay que saber diferenciar entre el morbo por el exhibicionismo y el morbo a estar en un lugar público y hacerlo allí, sin que nadie se de cuenta. Y eso último está a la orden del día. Quien más quien menos lo ha imaginado, e incluso muchos ya lo han llevado a la práctica, disfrutando de uno de sus mejores momentos sexuales.

Sitios públicos donde hacer el amor hay muchísimos, desde luego, aunque algunos son  mucho más apropiados que otros, está claro. El simple hecho de poder ser pillados en plena faena es una de las cosas que más nos pone, y en torno a ello, también elegiremos el lugar perfecto para disfrutar del placer en la calle. Puede ser una relación completa, con coito, o simplemente algo de sexo oral, masturbación, etc… El caso es encontrar el sitio perfecto para llevarlo a cabo.

Practicar sexo en el ascensor

Un cubículo cerrado dentro de un edificio, con espacio suficiente como para que dos personas den rienda suelta a sus fantasías más morbosas, pensando además que las puertas pueden abrirse en cualquier momento… Hacerlo en un ascensor es una fantasía bastante común, y desde luego, a ciertas horas del día, es perfectamente plausible el propio hecho de llevarnos un buen rato dándonos el lote allí dentro sin que nadie nos pille, aunque el riesgo siempre está ahí. Para tener algo de tiempo de reacción, si lo deseamos, podremos irnos al último piso, esperando a que nadie vaya a llamar al ascensor justo cuando estamos en plena faena.

Hacer el amor en el rellano de la escalera

Otro de los sitios más habituales dentro de un edificio es el rellano de la escalera. Es un sitio totalmente público, en el que casi cualquier nos puede encontrar, pero que también está bien pensado porque si alguien sale o entra, escucharemos una puerta y podremos ponernos en situación. El rellano de la escalera funciona además como un lugar tan habitual que seguramente jamás lo hayamos pensado, pero que si logramos hacerlo allí se convertirá en un sitio muy especial y cada vez que pasemos por él, recordaremos la aventura de disfrutar del sexo allí, y seguramente tengamos incluso ganas de repetir en alguna que otra ocasión…

En la piscina o en la playa

Tampoco es raro encontrar a alguna que otra pareja muy acaramelada en estos lugares, valiéndose del agua para tapar la zona más debajo de la cintura y poder dar rienda suelta a sus pasiones más morbosas. Mucha gente se pone cariñosa en la playa, porque estamos casi desnudos, porque hace calor, porque el tema del agua en el cuerpo también es muy morboso… Y porque delante, aun sin saber lo que estamos haciendo, puede haber un montón de personas mirando. Hay que ser un poco sutil si no queremos que se den cuenta de lo que hacemos y tomar algunas precauciones, pero es perfectamente factible tener una de las mejores relaciones de nuestra vida en el agua.

Tener sexo salvaje en baños públicos

Los baños públicos pueden ser otro lugar muy socorrido para cuando nos entra el calentó y estamos fuera de casa. Hablamos normalmente de baños de restaurantes o bares, que suelen estar medianamente limpios y son relativamente privados. Podemos echar el cerrojo y dejar correr la lujuria, por ejemplo, o dejar la puerta abierta por si alguien quiere “sorprendernos”. Nos arriesgamos, eso sí, a que al salir nos hayan escuchado o haya alguien esperando para entrar y nos vea salir a los dos, pero eso también dota de cierto morbo a la relación, al fin y al cabo. Los baños de discotecas y pubs pueden contar muchísimas historias de este tipo.

Tener una aventura en la oficina

Si trabajamos en una oficina y le hemos echado el ojo a algún compañero o compañera, una de las formas más excitantes de quitarnos de encima esa tensión sexual es precisamente dejarnos llevar en el propio lugar de trabajo, ya sea durante la propia jornada laboral o en otro momento, donde quede menos gente. Corremos el riesgo de ser pillados e incluso de que nos echen del trabajo, en el peor de los casos, pero la sensualidad y el morbo llegarán muy lejos.

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